¿Tenés un elefante en tu habitación y no lo ves?
¿Alguna vez tuviste un problema evidente, enorme, ineludible, el cual [...]
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Sabine Moreau, una mujer belga de 67 años, tenía que [...]
Un hombre que estaba desvelado decidió dejar de pelear con [...]
Me había ido de casa con lo puesto. Atrás quedaban [...]
Siempre descalifiqué a las personas que gastan dinero en entrenadores [...]
Me había pasado treinta años escapándome de mi misma. Tantos [...]
Mi jefe miró detenidamente la planilla con los resultados del [...]
Vivimos buscando certezas, seguridades. Tememos el cambio, mas por ser animales de costumbre, que porque el futuro pueda ser malo. Cuando el presente es suficientemente doloroso, el cambio empieza a tener sentido y estamos dispuestos a correr un riesgo.
Cómo sería tu vida si no tuvieras ambiciones? Nada que lograr, nada que sostener, nada que esperar? Las metas y objetivos; nos empujan hacia adelante o son una fuente inagotable de sufrimiento?
La angustia es miedo a un futuro posible que no queremos. En cierto sentido, es rechazar la realidad. La paz sobreviene cuando soltamos ilusiones, anhelos, fantasías y podemos aceptar las pérdidas y aceptar la realidad.