Lo más doloroso fue quitarme el anillo de casado
Me había ido de casa con lo puesto. Atrás quedaban [...]
Me había ido de casa con lo puesto. Atrás quedaban [...]
"Somos lo que hacemos con lo que nos hicieron." Jean [...]
Siempre descalifiqué a las personas que gastan dinero en entrenadores [...]
Me había pasado treinta años escapándome de mi misma. Tantos [...]
Muchas personas critican las contradicciones. Como si los seres humanos fuéramos coherentes, racionales. Las contradicciones son parte central del corazón humano.
Los padres suelen trasmitir valores que no viven. Más que mostrarnos perfectos, debiéramos mostrar coherencia, humanidad y compasión.
Aquellos que dan esperando recibir, terminan decepcionados.
A veces estamos tan exigidos que no nos queda espacio para ser. Solo tratar de cumplir, de lograr, mientras estamos sepultados de presiones de todo tipo. Los fracasos vienen a aligerarnos la carga y darnos la oportunidad de entender que hay mejores maneras de vivir.
Cuando sentimos tanta presión por lograr objetivos (propios o socio culturales), la vida se vuelve un infierno. Somos incapaces de aprender, de disfrutar, de ser curiosos. Solo hay espacio para cumplir y conocer temporalmente una suerte de alivio que dura hasta la nueva prueba. Por suerte hay mejores maneras de vivir.
Solemos tardar muchos años en animarnos a mostrarnos como somos. Equivocadamente creemos que el costo de ocultar nuestro verdadero ser es menor que el de arriesgarnos a ser rechazados. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Después de décadas de sufrir, comenzamos a considerar la opción de ser quienes somos.