siempre estoy a punto de perderme
Muchas veces nos asustamos de nuestros propios pensamientos. Taparlos no nos ayuda. Mejor dejarlos fluir en libertad, decantarlos, amigarnos con ellos. Y recién después, con total paz, decidir qué hacer.
Muchas veces nos asustamos de nuestros propios pensamientos. Taparlos no nos ayuda. Mejor dejarlos fluir en libertad, decantarlos, amigarnos con ellos. Y recién después, con total paz, decidir qué hacer.
Sentirse apoyado lo cambia todo. Apoyás a los demás? Te apoyás a vos mismo?
A veces nuestras ideas pueden matarnos. Estamos tan convencidos de que la realidad es como nosotros la imaginamos, que terminamos creando ese destino que tanto queríamos evitar. Si pudiéramos evitar nuestros juicios, nuestras certezas, nuestras conclusiones apresuradas, nuestra vida mejoraría mucho.