El día que entendí que mi hambre no era de comida
Hice todo para estar más sano, más flaco, más fuerte, [...]
Hice todo para estar más sano, más flaco, más fuerte, [...]
“Nos merecemos algo mejor que seguir juntos por el miedo [...]
La porcelana, al igual que los vínculos, es hermosa y [...]
Pedí un trago para aflojarme porque estaba a punto de [...]
"Somos lo que hacemos con lo que nos hicieron." Jean [...]
Siempre descalifiqué a las personas que gastan dinero en entrenadores [...]
Solemos idealizar a los demás. Ellos no sienten miedo como nosotros, no son cobardes, tienen una vida plena y maravillosa. Sin embargo, aunque nos cueste creerlo, tienen nuestros mismos problemas. Los problemas de los seres humanos son pocos y siempre los mismos.
La competencia y la exigencia con nosotros mismos puede ser infinita. Niesztche decía que a los fantasmas había que darles la mano para que se convirtieran en duendes. Poder ver nuestros fantasmas es empezar a que dejen de condicionarnos.
La exigencia -y muchos sentimientos- suelen ser transmitidos de formas mucho más sutiles que las meras palabras. Poder percibir toda la información que no está contenida en palabras nos ayuda a comprender la realidad en la que estamos inmersos.
Tendemos a idealizar nuestro pasado. Sin embargo, no fue tan perfecto, solo que a la distancia negamos los problemas que teníamos y pareciera que todo estaba perfecto... Curiosamente, cuando ese pasado era presente, no éramos tan felices, ni nos sentíamos tan bien...