No seré feliz pero tengo poder
Nos pasamos la vida subiendo una escalera para que al llegar arriba de todo, nos demos cuenta de que estaba apoyada en la pared equivocada. Anthony de Mello
Nos pasamos la vida subiendo una escalera para que al llegar arriba de todo, nos demos cuenta de que estaba apoyada en la pared equivocada. Anthony de Mello
¿Qué pasaría si alguna de las ideas sobre las que construimos nuestras vidas, no se ajustaran a la realidad?
La vida es paradójica y cambiante. Muchas veces, no podemos seguir lo que piden nuestros sentimientos. Y eso a veces, es una suerte.
Si tuvieras que elegir entre ser feliz, o que tu ex que te abandonó tenga una vida miserable; ¿qué elegirías?
Por lo general, nuestra intransigencia a desviarnos del camino que planeamos, es la mayor causa de que perdamos el rumbo. Cuanto más abiertos estemos a transitar caminos imprevistos, más chances tenemos de llegar a algún lado interesante.
No vamos a ser más felices porque obtengamos más cosas de los demás. La verdadera plenitud pasa por averiguar quiénes somos, y alimentar ese ser auténtico para que crezca y nuestra vida se despliegue.
Con tal de no exponernos a ser rechazados, casi que mendigamos mentiras piadosas. Ese miedo que parece protegernos del dolor, solo agrava las cosas. Donde no hay verdad no puede haber solución a los problemas ni mucho menos, crecimiento.
¿Cómo podrías amar a alguien al que no sos capaz de ver? Por lo general miramos a los demás desde nuestras propias carencias, nuestras propias necesidades. Somos incapaces de ver a quien tenemos enfrente, por lo cual mucho menos podremos amarlo.
La vida es como un océano inconmensurable. Pero con frecuencia nuestros miedos y falsas ideas nos llevan a llenar un balde con agua salada y quedarnos a vivir ahí. Una vida segura, pero muy pobre.
Una cosa es la felicidad exhibida y otra es la felicidad real. Nos educaron para alcanzar la felicidad exhibible. Y aunque no dé mucho miedo, debemos dejar de hacer aquellas cosas que nos programaron para alcanzar la felicidad, porque ya hemos experimentado que no nos hacen felices, sino más bien, todo lo contrario.