Secretos del corazón
Nuestro corazón posee la información más importante de nuestra vida. No es posible ser felices ignorándolo. Y sin embargo, nos cuesta tanto entenderlo...
Nuestro corazón posee la información más importante de nuestra vida. No es posible ser felices ignorándolo. Y sin embargo, nos cuesta tanto entenderlo...
Los hijos son una excelente oportunidad para aprender a relacionarnos bien ...con nosotros mismos.
Aceptar todo para evitar el conflicto, solo genera problemas aún mayores. Victimizarse o explotar por todo lo que no se dijo a tiempo, tampoco sirve. Si queremos crecer, tenemos que estar dispuestos a luchar incansablemente: hablar, plantear, insistir, gritar.
Solemos vivir con altos niveles de ansiedad. Y nuestros esfuerzos por reducirla pueden incrementarla, ya que terminan siendo otra obligación más a cumplir en el día. ¿Qué hacer?
A veces nos hundimos en agujeros negros. En esos momentos lo único importante no es pensar en cómo salir, sino en tomar la determinación de hacerlo.
Solemos tener dolores guardados tan profundo, que creemos que no los tenemos más, o que hemos perdonado. Sin embargo, están ahí, condicionando nuestras vidas. El primer paso de la recuperación es enterarse que aún los tenemos, y que por lo general son enormes.
No vamos a ser más felices porque obtengamos más cosas de los demás. La verdadera plenitud pasa por averiguar quiénes somos, y alimentar ese ser auténtico para que crezca y nuestra vida se despliegue.
Muchas personas viven sintiéndose obligadas a responder. Deben cumplir con todas las expectativas y necesidades de los demás. Buena fórmula para perderse en la vida.
¿Cómo podrías amar a alguien al que no sos capaz de ver? Por lo general miramos a los demás desde nuestras propias carencias, nuestras propias necesidades. Somos incapaces de ver a quien tenemos enfrente, por lo cual mucho menos podremos amarlo.
Nuestra niñez marca toda nuestra existencia. Lo que nos faltó, es lo que trataremos de compensar a lo largo de la vida. Inútilmente, porque el pasado no se arregla ni se cambia. Pero siempre es posible corregir el presente para sanar el pasado y por primera vez, poder tener un futuro en libertad.