Mi familia era de extrema derecha y por ende mis amistades también. Pero a mi siempre me gustaba Angélica, una vecina que era hija de un dirigente comunista.

Cuando nos reuníamos con mis amigos y pasaba Angélica, me era imposible no mirarla. Ella siempre me devolvía una sonrisa así que un día me atreví y la invité a tomar un helado.

Desde ese día no nos separamos más aunque siempre nos veíamos a escondidas.

Cuando le confesé que estaba enamorado se puso a llorar porque sabía que lo nuestro no podía ser.

Pasaron 2 años, salimos de Enseñanza Media y yo entré a estudiar Leyes tal como querían mis padres. Angélica empezó enfermería.

En la Universidad teníamos más libertad para vernos por lo que cada día nos enamorábamos más.

Cuando estábamos en 3er año vino el golpe de Estado y no pude ver a mi amor por muchos días. Mi familia celebraba la intervención militar mientras yo sabía que Angélica lo estaba pasando mal.

Un día me llegó una carta de Alemania; era Angélica. Su familia se tuvo que exiliar y vivieron horrores. Cuando leí que estaba muy triste mi mundo se derrumbó.

Nos comunicábamos en la medida que podíamos pero pasaba el tiempo y nos íbamos alejando cada vez más.

Cuando me recibí de abogado lo primero que hice fue ir a Berlín. El viaje se me hizo eterno, sólo quería verla y que me dijera que me seguía queriendo.

Finalmente encontré su casa, llamé al timbre cambiándome el nombre por un amigo común para que sus padres no me echaran a patadas.

Espera un momento que ya bajo, me contestó.

La vi a lo lejos, y mientras se acercaba quería equivocarme. Lo que mis ojos veían no era lo que esperaba. Al verme se detuvo y yo no pude evitar llorar. Estaba embarazada.

Llorando junto a mí me dijo; no quise hacerte daño, pero pasó. Hoy estoy casada y feliz.

La abracé y me fui, no pude decir nada.

Pasaron 32 años y aún la recuerdo, fue mi gran amor.

Carlos (Chile)

A veces se minimizan los condicionamientos que ejercen nuestras familias.

Quién siendo joven -o aún adulto- está dispuesto a romper con su familia para estudiar lo que quiere, o estar con la pareja que quiere?

Es una decisión muy difícil, a veces emocionalmente imposible de ejecutar.

Si te gustó la historia compartila.

Si queres contarme tu historia sola o con fotos mándala a jotateuno@gmail.com

Si queres hacerlo en forma anónima busca el formulario en esta web en “contacto”

La ilustración es de @whiterabbitarte