Tenía 3 hijos de 2 parejas distintas cuando me enamoré perdidamente de un hombre casado. Yo me separé pero él no. Sufrí muchísimo y para superar esa ausencia agarré lo primero que encontré.
Parecía bueno, trabajador, compañero. Me fui enamorando de a poco y decidimos convivir. Tuvimos dos hijos bellísimos y amados.
Él bebía y yo era quien tenía una mejor posición económica. Nuestra convivencia le mejoró su calidad de vida: viajamos, teníamos un buen departamento, auto, moto, etc.
Con los años descubrí que no era tan dulce. Me engañó y manipuló. Puso un taller en nuestra casa y le empezó a ir bien.
Entonces empezó a salir el monstruo que estaba escondido. Abusó de mi en forma económica, sexual, gritos, humillaciones, me sacaba en cara el plato de comida.Salía cuando quería.
Me costaba mucho depender de alguien porque toda la vida trabajé y era independiente.
Y si bien sentía que lo amaba no tenía ganas de tener sexo. No dormía, no comía, y solo quería solucionar mí economía.
Cada vez que me negaba a estar con él se desquitaba con los chicos.
Un día mi hija más chica le vio un mensaje con una mujer. Cuando le reclamé intentó ahorcarme aunque juraba que amaba.
Traté de suicidarme dos veces. Finalmente un día la policía se lo llevó esposado y no volvimos a verlo nunca más.
Yanina
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Cómo llegamos a naturalizar la violencia?
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La ilustración es de @whiterabbitarte
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