Tengo 35 años y 3 hijos con diferentes padres. Mi madre me abandonó cuando yo tenía 10. Me dejó en la casa de una amiga.

Esa señora no podía tenerme así que me puso a trabajar como empleada cama adentro.

A los 13 años conocí al padre de mi primer hijo. Me fui a convivir con él porque no tenía dónde pasar la noche. Tuvimos nuestro hijo a mis 15. Me separé a los 17 porque había mucho maltrato físico y psicólogico.

A los 23 años me casé con un hombre mucho mayor que yo y tuve a mi segundo hijo. No funcionó porque me él tenía un viejo amor y pretendía que aceptara su bigamia. Cuando pude me separé nuevamente.

A mis 32 años conocí al hombre más maravilloso del mundo y tuvimos a mi tercer hijo. Después me agarré una infección muy rara y difícil. Él estuvo apoyándome, acompañándome. Aun sigo luchando por curarme.

Pero un buen día él decidió irse de casa. Dice que es para que yo me recupere porque necesito estar tranquila y nosotros peleamos mucho.

Es verdad que yo soy un poco irritable y poco cariñosa. Pero de ahí a separarse como supuesto acto de amor…

Pensé que solo era una pelea y dos veces le pedí que volviera. Pero me dijo que no, que nos hacemos mucho daño.

Desde que me enfermé creo que cambié muchísimo y para bien.

La verdad es que me duele mucho fracasar nuevamente pero tampoco puedo obligar a alguien a que se quede a mi lado sino quiere.

Valeria

Que algo termine no le quita valor a lo vivido.

Por lo general lo que llamamos fracaso son sólo aprendizajes.

Si te parece que la historia puede aportar algo a otras personas, compartila.

Si queres contarme la tuya con fotos o sin ellas, escribime a jotateuno@gmail.com O en forma anónima ingresando en esta página en “contacto”.

La ilustración es de @whiterabbitarte