Fui adoptada por una familia dónde sufrí mucho. Golpes diarios, trabajos forzados, descalificaciones como que no servía ni para espiar, ni para parir, y que era una prostituta como mi madre biológica.
A los seis años fui violada por un primo que vivía en mi casa y me amenazaba que me iba a matar a mí y a mis abuelos adoptivos.
En la escuela nunca entendía lo que explicaba el maestro porque mi mente estaba preocupada por tener que volver a al calvario que era mi casa. Siempre pensaba en huir, pero a dónde?
Cuando tenía 9 mi primo quiso abusarme de nuevo. Luchamos cuerpo a cuerpo y le rompí la cabeza. Cuando salió corriendo y yo le seguía gritando supe que tenía voz. Sólo que era muy pequeña para salir al mundo.
Esto no se lo podía contar a nadie porque no me creerían. Era adoptada, sin voz y sin palabras. Vivía con dos ancianos y éste primo degenerado.
Tiempo después, un día me quedo sola con mí abuelo. Me pide que le haga sexo oral a cambio de que siempre quisiera y protegiera. Me negué rotundamente.
Meses más tarde vino otro primo, pero éste fue un amor. Le conté todo y supo ayudarme.
A los 13 años me fui de mi casa y nunca volví.
Hoy tengo 53 años y dos hijas. Estudié tres carreras. Me encanta la filosofía. Nunca tomé alcohol, ni me drogué, pero me costó entender la vida real.
Hace diez años me reencontré con mi madre adoptiva, nos llevamos bien. La perdono pero no quiero compartir con ella.
Soy compasiva con los demás, pero más conmigo misma.
Tengo un marido precioso. No quisiera despertarme de este sueño en el cual vivo hace 32 años, con mi hermosa familia.
Carolina
Con frecuencia tenemos mucha más fuerza de la que imaginamos. Solo que no lo sabemos.
Si te parece que la historia puede aportar algo a otras personas, compartila.

Si queres contarme la tuya con fotos o sin ellas, escribime  a jotateuno@gmail.com O en forma anónima ingresando a www.juantonelli.com

La ilustración es de @whiterabbitarte