Cuando tenía 10 años volvimos del exilio. Mi madre tuvo depresión y todos estaban ocupados en eso. Mientras tanto mi abuelo comenzó a manosearme.

Intenté decírselo a mi abuela pero no quiso escucharme. Estaba dedicada a mantener un status quo.

Nadie notó las señales que di, y eso que las di…

También se me mezclaban sentimientos de culpa. De pensarme culpable de la situación, cuando apenas tenía 10 años. Con el tiempo aprendí a escabullirme de las situaciones de abuso.

Mi madre mejoró y mi abuelo enfermó y años mas tarde murió.

En ese tiempo aprendí a disociarme. Era la única forma de convivir con mi abusador en situaciones familiares y mantener la cordura.

Cuando él murió me juré que jamás le contaría a mi madre. No quería arruinar la imagen de gran padre y ese gran amor que ella sentía por él. Yo quería cuidarla!

Pasaron los años. Sufrí trastornos en mi vida sexual, que fui superando poco a poco.

Llegó un momento en que sentí que el tema estaba superado porque ni siquiera pensaba en eso por varios días consecutivos.

Hasta que empezó la pandemia. De golpe mi vida se vino abajo. Me abrumaban los problemas de todo tipo, económicos, familiares. Y ya no pude seguir cuidando un secreto familiar que me lastimaba.

Comprendí que yo estaba cuidando a todos, cuando fui quien debió haber sido cuidada por tener sólo 10 años de edad.

En una suerte de catarsis, un día solté la bomba en la familia. Me tomó 35 años poder hacerlo.

No todos lo tomaron igual. Mis padres lloraron y se culparon un buen tiempo. Mi hermano dejó de hablarme hasta que pudo procesar las cosas. Costó muchas lágrimas.

Pero hoy puedo asegurar que soy feliz a pesar de los problemas. Que ya no soy la cuidadora de secretos familiares que me hieren, solo para no lastimar a otros. La verdad es la verdad y cada uno tendrá que lidiar con ella.

Me queda pendiente el vínculo con mi abuela. La adoré y mantuvimos una relación muy estrecha hasta su muerte.

El haber resuelto esto con mis padres y hermanos me lleva a preguntarme cómo pude haberla querido tanto? Será que necesitaba tanto una abuela a quien amar, que quise amarla pese a todo?

Aún guardo sus cosas y sus regalos. La parte disociativa de mí se niega a ver la realidad? Es un tema que reservo para una futura terapia. Lo tengo guardado en un cajón pero sé que tendré que encararlo en algún momento.

Sofía

Quién no se ha disociado para poder sobrellevar dolores intensos?

Quién no ha negado para sobrevivir?

Metabolizar dolores muy grandes toma años, décadas. Pero sucede.

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La ilustración es de @whiterabbitarte