Después de separarme de mi marido/novio de toda la vida, tuve muchas historias amorosas.
Un día que me sentía sola recordé a un chico que cuando teníamos 17 años gustaba de mí.
Lo encontré en Facebook. “Hola, te acordas de mí?» Nos contamos nuestras vidas y 6 horas más tarde terminamos provocándonos para un encuentro íntimo.
Él se había mudado a Mendoza y estaba de novio con una chica de Buenos Aires, con planes de casamiento.
Creí que todo iba a quedar en una relación virtual, pero el chat diario comenzó a ser parte de mi habitualidad.
Continuamos así por un mes y vino a verme a Rosario. Repetimos encuentros todos los meses.
Aunque ya no me comentaba nada de su otra relación, yo intuía que se mantenía.
Me sentía muy acompañada aunque fuera en forma virtual. Conocía mi trabajo, mis hijos, mi ex, mis amigos… formaba parte de mi vida.
Me confesó que yo lo había movilizado de tal manera que no sabía qué hacer con su otra relación.
Cansada de la incertidumbre resolví terminar la relación cuando vino a verme. Estuvo de acuerdo aunque antes de irse me dijo que me amaba.
Después de un mes quise conocer el nombre de su novia. La busqué en Facebook y encontré las fotos de su casamiento.
Le escribí irónicamente felicitarlo y me agradeció, diciendo que había sido mi responsabilidad.
Que había fantaseado con que yo interrumpiera la boda en la iglesia, como en las películas, gritando «no te cases!”Que podríamos haber tenido una hermosa vida juntos.
Yo no lo podía creer. Todo un año compartido mientras él enviaba tarjetas de invitación al casamiento, elegía smoking, cotillón y bebidas.
Le escribí a su esposa para contarle la verdad. Al tiempo me respondió agradeciéndome que le hubiera contado. Sin embargo, ella prefería seguir porque también lo había abandonado varias veces.
Hice consultas psicológicas y me explicaron que se trataba de un tipo psicópata. Personas muy inteligentes que evaden las preguntas concretas, y se victimizan haciendo responsable de los actos al otro, causándoles daño.
Yo pude cerrar la historia, sin perjuicio de seguir recibiendo llamados suyos en los aniversarios de su casamiento.
Paula
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Nuestra capacidad de negación suele ser inmensa.
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Si te parece que la historia puede ayudar a otros compartila.
Si queres contarme la tuya con fotos o sin ellas hacelo a jotateuno@gmail.com o en forma anónima ingresando en “contacto”.
La ilustración es de @whiterabbitarte
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