pánico a relacionarme
Me vestí con mi mejor ropa. Un Levis original, y [...]
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Mi jefe miró detenidamente la planilla con los resultados del [...]
«A veces una batalla lo decide todo, y a veces [...]
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Muchas veces nos sentimos a cargo de todo. Como si la tierra necesitara de nuestro esfuerzo para seguir girando. Por suerte vienen las crisis, las enfermedades para darnos la oportunidad de despertar y entender que la vida no necesita nuestro esfuerzo.
Solemos idealizar a los demás. Ellos no sienten miedo como nosotros, no son cobardes, tienen una vida plena y maravillosa. Sin embargo, aunque nos cueste creerlo, tienen nuestros mismos problemas. Los problemas de los seres humanos son pocos y siempre los mismos.
A veces sentimos miedos completamente desproporcionados, en donde nuestra reacción no guarda relación con la amenaza. Lo mejor es tomar conciencia, y poder verlo.
Solemos tardar muchos años en animarnos a mostrarnos como somos. Equivocadamente creemos que el costo de ocultar nuestro verdadero ser es menor que el de arriesgarnos a ser rechazados. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Después de décadas de sufrir, comenzamos a considerar la opción de ser quienes somos.
El coraje no es la ausencia de miedo sino la capacidad de trascenderlo. Si esperamos a no sentir miedo estamos esperando lo imposible, porque eso no va a pasar nunca. La diferencia está en que pese a sentirlo, podamos seguir caminando.
La soledad y el aislamiento son las causas mas importantes por las que enferma nuestro corazón. Mucho peor que la mala comida, el cigarrillo o el sedentarismo. Y muchas veces, mas que estar solos o aislados, nos sentimos así, con un alto componente de subjetividad. Tenemos que aprender a modular esas emociones para que no nos destruyan. El problema no es estar solo, sino sentirse solo.