Abrir las piernas
La madre de Ezequiel clasificaba a las mujeres en dos [...]
La madre de Ezequiel clasificaba a las mujeres en dos [...]
-Igual, si el viejo se muere, tenemos las cuentas en [...]
A veces cuesta mucho comunicarse. Por limitaciones de ambas partes. La clave es no quedarse paralizado en la dificultad y encontrar otras formas de avanzar. Como todo en la vida, solo cuando nos centramos en lo que no tenemos, sufrimos. Si somos capaces de buscar otros caminos, crecemos.
Eugenia buscaba con desesperación alguna pasión. Necesitaba que pasara algo [...]
Muchas personas creen que los demás tienen vidas interesantes. Que en cambio, en las suyas no pasa nada. Es la mejor fórmula para desperdiciar la vida, generando una profecía autocumplida.
Identificar qué es lo que queremos suele tomar años. Hacernos cargo, puede ser cuestión de un instante o no ocurrir nunca.
La vida cambia. A veces de golpe, a veces paulatinamente. Tenemos que aprender a soltar aquello que se volvió pasado, tan pronto lo confirmamos.
El cambio no puede forzarse. El cambio sucede. Cuanto más nos forzamos y violentamos a cambiar, más atrapados quedamos. En el fondo, lo que nos ata es el rechazo y la violencia contra nosotros mismos.
El amor no es algo a merecer. Que requiera esfuerzo no implica que lo degrademos en un intercambio casi comercial.
El paso del tiempo nos enseña que no somos inmortales. El desafío no consiste en evitar envejecer (imposible) sino en tomar la vida con alegría.